La leche nevada es un postre típico de la gastronomía de varios países pertenecientes a América Latina, sobre todo de Chile y Argentina. Debe su nombre a las porciones de merengue que lleva situadas sobre la parte de leche, los cuales dan la impresión de "copos de nieve".
En un cuenco, batir las claras con una cucharada de azúcar hasta formar una especie de merengue bien espumoso. Dejar reposar.
En otro cuenco batir las yemas y dejar reposar.
Calentar la leche con el resto del azúcar y la vainilla.
Luego del primer hervor colocar a fuego lento y añadirle cucharadas del merengue antes preparado, dejar cocer por unos segundos y retirar para ponerlos en una fuente definitiva.
Cuando se termine con el procedimiento, agregar a la leche la maicena disuelta en un poco de agua fría y también las yemas; revolviendo rápidamente para evitar el endurecimiento de estas.
Luego de unos minutos, retirar la mezcla del fuego y colarla, en seguida se añade cuidadosamente por un extremo a la fuente con los merengues, los cuales flotarán por la diferencia de densidad.
Existen distintas preparaciones con el objetivo de variar el sabor de la leche nevada, agregándole leche condensada, chocolate, jugo de limón, jugo de durazno, caramelo, almendras tostadas, etc.