Levadura fresca de cerveza 20 g o media cucharadita de levadura seca de panadero[1] (opcional en el pan no fermentado).
1 cucharadita de sal (opcional en el pan sin sal).
1 cucharadita de azúcar (opcional en el pan sin azúcar).
Aceite (preferentemente de maíz o de oliva) 40 cc (4-5 cucharadas soperas aproximadamente).
Agua cantidad necesaria, unos 450 cc. de agua tibia (no más de 40ºC).
Necesario
Un recipiente para mezclar (preferentemente no metálico), como un bol o cuenco.
Cuchara de madera.
Tabla de madera para amasar.
Fuente o bandeja de horno
Procedimiento
En una taza mediada de agua caliente (pero no tanto como para que queme) se desmenuza la levadura, se agrega una cucharadita de azúcar y tres o cuatro de harina, se revuelve levemente y se deja tapado con repasador de manera que permanezca al abrigo.
Mientras la levadura reacciona, se pone casi toda la harina en el recipiente (dejaremos un poco para enharinar la tabla donde amasaremos), se esparce encima la cucharadita de sal y se mezcla con cuchara de madera. Se agrega el aceite.
Cuando la levadura ha reaccionado, formando espuma y llegando al borde de la taza, se revuelve y se vierte en el recipiente con harina.
Se mezcla con cuchara de madera hasta integrar los ingredientes, agregando agua tibia con precaución (la apariencia obtenida debe ser casi seca). Se pone sobre mesa o tabla de madera y se amasa hasta que no resulte pegajosa, agregando harina si ha quedado demasiado humeda y agua si ha quedado seca.
Hecho esto se pone la masa en la fuente, se le da la forma deseada y se mantiene en lugar donde reciba cierto calor. Cuando la masa duplica su volumen (aproximadamente media hora), se mete en el horno a temperatura máxima (230ºC) durante 10 minutos o 20 minutos.
Pasado ese tiempo, se baja a media potencia (200ºC) y se continúa hasta que el pan esté pronto (media hora; puede ser menos si la forma del pan es delgada o si se ha divido en panes pequeños).
Trucos y consejos
El pan casero realizado de forma manual, se preserva en buen estado hasta 8 días.
Es contraproducente amasar demasiado, basta con formar la masa.
Queda muy bonito el pan terminado cuando se da a la masa una forma rústica con los dedos.
Se puede hacer leudar la masa en el horno apagado, habiéndolo calentado previamente.
Se sabe que el pan está pronto cuando al golpearlo hace ruido a hueco. Es importante, además, verificar que la superficie tenga cierto dorado.