En persecución/MAC/Distancia y tempo
Traductor: Tchaiky Revisor 1:Ala13_Fumarel Revisor 2:
“Siempre pensé que empezar a girar en círculos, más y más despacio, era una cosa ridícula... Esta no es la forma de luchar. La mejor táctica es dar una pasada, romper y luego volver”
General de Brigada Robin Olds, USAF
Una gran parte del debate entre pilotos y realmente la mayoría de lo que se ha dicho hasta ahora en este libro se centra en un combate a dos, el caso en el que dos cazas de aproximadamente la misma capacidad se encuentran en el cielo y entran en combate. Esta situación, o al menos la situación en su estado puro y sin adulterar, es extremadamente excepcional: con más que menos frecuencia, el dueto es interrumpido por otros cazas, por fuego antiaéreo, por pérdida de contacto, etc. Algunas veces es difícil aislar un único enemigo dado que raramente os encontráis el y tú solos y, en zonas con un tráfico elevado, tendrás que competir con un número indeterminado de aviones aliados que intentan anotarse también el derribo. En cualquier caso, el dueto es la forma más básica de combate puesto que el enemigo tiene la oportunidad de contraatacar. No debes permitir nunca que esto te suceda sino que debes reservarte ese derecho solo para ti. Es más seguro con diferencia elegir al desprevenido o a aquél que no te ha visto mientras se dirige a lo que considera el área de combate, o tender una trampa al irreflexivo poniéndote de cebo para que tu punto se abata en picado sobre él y le haga saltar en pedazos, o emplear a tu punto para el mismo propósito. Solo debes aceptar un combate como último recurso. Independientemente de dónde se encuentre el enemigo cuando empiece el combate deberías esforzarte por virar hacia su cuadrante trasero con una maniobra única y definitiva y cerrar rápidamente el asunto para evitar una degradación excesiva de tu conciencia situacional. En la medida en la que has perdido CS para derribar a alguien, es altamente recomendable romper a alta velocidad y recuperar el control del espacio aéreo.
Antes de entrar en la mecánica del combate, es aconsejable emplear algo de tiempo en explicar los conceptos de “separación” y “tempo”. Esto es algo sobre lo que la mayoría de los pilotos principiantes no tienen nociones y que se ve inmediatamente por la tendencia a volar “apuntando al enemigo”. Siendo el objetivo acercarse al enemigo, rara vez es conveniente volar en línea recta, excepto, por supuesto, cuando se empieza la persecución detrás de la presa. En cualquier otra situación tienes que considerar el factor del radio de giro – la distancia horizontal o vertical necesaria para volver tu aparato y colocarte en el cuadrante dorsal del enemigo.
Consideremos nuevamente el encuentro en combate en el que los dos oponentes se acercan aproximadamente de frente. La inmensa mayoría de pilotos, sin pensárselo dos veces, realizarán una pasada de fuego frontal – dado que ésta tiene poca dificultad en términos de seguir al enemigo y mantener contacto visual. El blanco está ahí, en frente de nuestro piloto de gatillo fácil y no tiene que maniobrar demasiado para apuntar a su adversario. Lo que no se está parando a pensar es que el enemigo, de la misma forma, tiene también una oportunidad de tiro, y el encuentro es por tanto una apuesta arriesgada con un 50 por ciento de probabilidad de éxito como mucho. En el peor de los casos, tu puntería falla y colisionas, terminando tu carrera de piloto de forma prematura e innecesaria. Es aquí, en el encuentro frontal, en que el piloto con experiencia utiliza su ingenio y crea separación donde no había inicialmente ninguna.
Como puedes ver en el siguiente fotograma, el piloto con experiencia apunta su cacharro generosamente hacia un lado del enemigo, iniciando en la práctica una situación previa a unas tijeras. Podría también considerarse como los preliminares de un giro anticipado, en el que el piloto con menos experiencia se dirige derecho hacia lo que piensa que es un tiro fácil. El piloto con experiencia está concediendo ángulos de forma gratuita, solo para invertir la situación de forma brutal en el momento justo. Al piloto menos experto le lleva varias fracciones de segundo comprender lo que está pasando y cuando se da cuenta la mayor parte de las veces reacciona de la forma más predecible – forzando el viraje tirando del timón para mantener su vector de sustentación sobre el enemigo – lo cual naturalmente sólo sirve para convertirle en blanco fácil para nuestro experto. En este breve combate la inteligencia derrota a la fuerza, sin el más mínimo riesgo para el piloto experimentado, y con poco esfuerzo. Esta estratagema tiene dos variantes. En la primera (representada en el gráfico inferior), el piloto experimentado realiza tan sólo un movimiento de rotura para eludir el tiro seguido de una inversión del giro. Esto es intrínsecamente arriesgado dado que se realiza la rotura en el plano de maniobra del enemigo. En la segunda variante, el piloto experimentado realiza una doble inversión del giro antes del encuentro, la primera hacia y por delante del enemigo, y la segunda un momento antes del contacto, que le sitúa rápidamente a las seis del piloto menos experimentado. Esta variante tiene la ventaja añadida de forzar al enemigo a realizar un cuarto de tonel para seguir la primera inversión y gran probabilidad de sufrir los efectos de ges negativas en la segunda inversión.
La separación es también extremadamente importante cuando se habla de maniobras 2 contra 1 y tácticas en formación. Exploraremos estos temas más adelante en sus respectivos capítulos, pero por el momento consideremos la situación en la que te encuentras solo frente a dos o más adversarios: mientras puedas mantenerlos a uno de los lados, o agrupados a las seis, puedes tratarlos básicamente como si fueran uno solo. La situación se vuelve complicada sólo cuando los enemigos se dispersan (abren la separación) y atacan de forma secuencial. Esto es de lo que se trata, obviamente, en las maniobras de 2 contra 1.
El momento lo es todo
El momento justo en el que se realizan los distintos movimientos es indiscutiblemente la diferencia entre el éxito y el fracaso. El sentido del “tempo” del piloto, en una pasada de ataque, en la intercepción, en la ejecución de inversiones de giro o cualquier otra situación que requiera precisión de fracciones de segundo, es algo que, desafortunadamente solo se logra con la experiencia. Uno tiene que fallar muchas veces para llegar a percibir el momento crítico en una situación dada. El asunto del momento adecuado está muy relacionado con la situación: cuales son los estados de energía relativos, cómo es el acercamiento, cuáles son los respectivos radios de giro a esta velocidad y altitud, se encuentra el enemigo dentro o fuera del rango de tiro efectivo, etc. Fundamentalmente, el piloto debe tener un buen control de todo lo relacionado con la situación para poder tomar la mejor decisión sobre cuándo y cómo girar. Debe conocer su nave de cabo a rabo al igual que la del enemigo, debe evaluar de forma precisa la instantánea de la energía, las intenciones y conciencia situacional del enemigo, y sopesar estos factores frente a su propia habilidad e intenciones. En resumen, debe “sentir” la situación.
La figura 27 muestra las componentes esenciales del cálculo del momento en una situación sencilla en igualdad de energía: radio de giro, distancia y velocidad. En este caso el caza de color azul inicia el giro cuando el enemigo está distanciado un radio de giro y aproximadamente 135 grados de ángulo de cola, o a 45 grados. Este ángulo representa el tiempo se que necesita para completar un giro a velocidad óptima de giro de modo que se termine la maniobra a las seis del enemigo. Si retrasa el giro a velocidad óptima hasta que el segundo caza se encuentra a 90 grados de ángulo de cola, quedará descolgado fuera del rango de tiro. Por otro lado, si el enemigo fuese un bombardero lento, retrasar el tiro hasta tenerlo situado a 90 grados de ángulo de cola seguramente fuese más productivo. Está claro que el enemigo no va a permitir esta maniobra la mayor parte de las veces, a no ser que regrese a casa sin munición, o que su CS se encuentre por los suelos, o que se encuentre ocupado persiguiendo a alguien (¡o incluso ocupado intentando alcanzar a su líder!)
El propósito de esto es también ilustrar que la separación es lo que cuenta. Si el caza azul se hubiese dirigido derecho hacia su (despistado) enemigo, se hubiese encontrado con un tiro con deflexión particularmente complicado y de duración extremadamente corta. En el caso en que el enemigo te ha visto y se dirige de frente hacia el caza azul la separación es nula, y la mayor parte de las veces no se consigue nada positivo de tal encuentro. Con objeto de situarte detrás del enemigo debes considerar tu radio de giro, y colocarte en una posición en que puedas emplear tal radio de giro.
Otro aspecto a considerar es la separación vertical. Si el enemigo está varios miles de pies por encima o por debajo de ti hay que tenerlo en cuenta para elegir el momento del ataque, dado que cuentas con la ayuda de la gravedad en el picado e intercambio de energía por altitud en la trepada. Cuando te lanzas en picado debes prever que tipo de ataque vas a realizar: una pasada lateral alta con gran cantidad de deflexión; a las seis arriba; a las seis a nivel; a las seis abajo, y así sucesivamente. Debes tener en cuenta que velocidad y ventana de oportunidad de tiro necesitas, si realizar un ataque inmediato o uno diferido (es decir un ataque por partes), etc. En todo caso, el ataque en picado requiere por lo general retener el ataque hasta que el enemigo queda oculto por la línea de las alas, entonces se entra al ataque. De forma semejante, cuando te enfrentas a un enemigo de baja energía situado en un nivel superior, debes tomar rápidamente una decisión sobre como ejecutar el ataque, y desarrollarlo en consecuencia. Siendo las opciones menores el desafío no es sin embargo más fácil: podrás optar por un disparo directo más o menos frontal seguido de un reverso con rizo arriba a las seis del enemigo (o barrido frontal); una aproximación dorsal seguida de una trepada casi vertical para un disparo por debajo; una aproximación frontal seguida de un reverso con un Immelman para acabar en rango de tiro, etc.