Histología/Hematopoyesis y Sistema Circulatorio
Hematopoyesis Es la formación de las células sanguíneas y tiene lugar en la médula ósea. La teoría más respaldada sobre la formación de las células sanguíneas es la teoría monofilética, según la cual todos los tipos de células sanguíneas derivan de una célula madre pluripotencial. Estás células madre experimentan divisiones de diferenciación y dan lugar a dos linajes diferentes, el de las células linfoides, que dan lugar a los linfocitos, y el de las células mieloides, que originan los granulocitos (neutrófilos, eosinófilos y basófilos), glóbulos rojos (eritrocitos), monocitos y plaquetas (trombocitos). La división de las células madre pluripotenciales da lugar a células hijas denominadas células progenitoras unipotenciales o bipotenciales, y la división de éstas, da lugar a las células precursoras o blastos. Las células madre pluripotenciales y las unipotenciales o bipotenciales son indistinguibles morfológicamente y se trata de células grandes de citoplasma escaso y basófilo con una relación núcleo/citoplasma alta. En el núcleo aparece la cromatina dispersa y con nucléolos prominentes. Las células precursoras son de menor tamaño y en ellas ya se distinguen algunas características morfológicas de los diferentes linajes.
Las células sanguíneas derivadas de las células pluripotenciales mieloides permanecen en la médula ósea para completar su diferenciación y maduración, mientras que las células progenitoras de los linfocitos T abandonan la médula ósea y se dirigen al timo, donde proliferan y se diferencian. Los linfocitos B pueden formarse en lugares diversos como el tejido linfoide asociado al intestino, bazo y médula ósea, considerándose este último lugar como el más importante.
La hematopoyesis se encuentra regulada por citocinas y hormonas (poyetinas). Las citocinas actúan como factores de crecimiento sobre células madres, progenitoras y precursoras e inducen mitosis y crecimiento. Entre las hormonas, la eritropoyetina actúa en la proliferación y diferenciación de los eritrocitos y la trombopoyetina en la de las plaquetas.
Sistema cardiovascular El sistema cardiovascular tiene un doble circuito, uno que irriga los pulmones y otro que irriga el resto del cuerpo. Ambos tienen su origen y fin en el corazón, el órgano que se encarga de mantener a la sangre en constate movimiento. Los vasos sanguíneos por los que circula la sangre presentan el mismo patrón en ambos circuitos: corazón, arterias, arteriolas, red de capilares, vénulas, venas y corazón. En algunas ocasiones una arteriola o una vénula pueden estar entre dos redes capilares, lo que se denominan sistemas porta, como los del digestivo e hígado.
Tanto arterias como venas están formadas por tres capas o túnicas: túnica íntima, túnica media y túnica adventicia. La túnica íntima es la más interna, más próxima a la sangre, y está formada por el epitelio simple plano, la lámina basal y por una capa de tejido conectivo laxo. La túnica media está formada sobre todo por fibras de músculo liso. La túnica adventicia es la capa más externa y está formada por tejido conectivo. Las arterias y las arteriolas tienen las paredes más gruesas que las de venas y vénulas porque tienen que soportar mayor presión sanguínea por estar más cerca del corazón. Las arterias suelen tener menor diámetro que las venas, los que junto con el mayor grosor de sus paredes les da un aspecto más redondeado. Los capilares son vasos sanguíneos que tienen un diámetro muy pequeño, a veces más pequeño que las dimensiones de un glóbulo rojo. En ellos se produce el intercambio de moléculas entre las células de los tejidos y la sangre. Esto es debido a que los capilares están formados solo por una capa endotelial y una lámina basal. Forman redes vasculares enormemente extensa en el organismo que irrigan todos los órganos, a esto se le denomina perfusión. Según las características del endotelio los capilares se denominan continuos, fenestrados y discontinuos.
Las venas tienen la misma estructura histológica que las arterias pero la túnica media no está tan desarrollada y presentan diámetros más grandes. Además, en muchas venas, sobre todo las de las extremidades, aparecen válvulas en la luz de sus conductos que impiden que la sangre viaje en dirección contraria por efecto de la gravedad o por una menor presión. Las venas se clasifican por su tamaño en vénulas o venas pequeñas, venas medianas y venas grandes. Corazón El corazón es el órgano encargado de propulsar la sangre por el sistema circulatorio, aunque es ayudado por los movimientos corporales. Está formado principalmente por células musculares estriadas cardiacas.
En mamíferos consta de 4 cavidades, dos ventrículos que propulsan la sangre, y dos aurículas que recogen la sangre de los pulmones y del resto del cuerpo, respectivamente. Las aurículas están separadas por un tabique interauricular y los ventrículos por un tabique interventricular. El reflujo de la sangre se evita con las válvulas que se encuentran en las salidas de las diferentes cavidades.
Las paredes de las aurículas y de los ventrículos están formadas por tres capas, que de afuera a dentro se denominan epicardio, miocardio y endocardio. El epicardio es una capa de tejido que consta de células mesoteliales y tejido conectivo, las mesoteliales recubriendo al tejido conectivo y situándose en la parte más superficial. Nervios y vasos sanguíneos que inervan e irrigan el corazón se encuentran en el tejido conectivo del epicardio, numerosas células adiposas. El miocardio está formado por las células musculares cardiacas, más algo de tejido conectivo entre ellas. En los ventrículos esta capa es más gruesa que en las aurículas, y se dispone en dos capas, una externa y otra interna. La capa externa se dispone en una orientación espiral, mientras la profunda lo hace de modo circular en torno al ventrículo. El endocardio consiste de una capa de endotelio y tejido conjuntivo, así como algunas células musculares lisas. El tejido conectivo del endocardio que está en contacto con el miocardio contiene vasos sanguíneos y nervios.
El tabique interventricular está formado por tejido muscular cardiaco, que está tapizado en ambas capas por endocardio. El tabique interauricular es más delgado y posee la misma distribución tisular que el tabique interventricular, aunque en algunas zonas es básicamente una estructura fibrosa.
Las válvulas cardiacas están formadas por tejido conectivo y están rodeadas por endotelio. Cada válvula está formada, desde el interior al exterior por tres capas: fibrosa, esponjosa y ventricular. Estas capas se diferencian por el tipo de conectivo, siendo denso, laxo y denso, respectivamente.