Historia de los Estados Unidos de América/Derechos civiles
De 1945 a 1970 Estados Unidos disfrutó de un largo período de crecimiento económico, interrumpido sólo por recesiones breves y bastante suaves. Por primera vez una enorme mayoría de estadounidenses podía gozar de un cómodo nivel de vida. Para 1960 el 55% de todos los hogares contaba con lavadoras de ropa, el 77% poseía autos, el 90% tenía televisores, y casi todos eran dueños de refrigeradores. Había habido una serie de huelgas después de la Segunda Guerra Mundial en las cuales los trabajadores exigían aumentos para compensar la inflación; sin embargo, la prosperidad de la posguerra permitió a los empleadores otorgar salarios más altos.
Al mismo tiempo, Estados Unidos se movía lentamente hacia la justicia racial. En 1941 la amenaza de protestas por parte de los negros persuadió al Presidente Roosevelt a prohibir la discriminación en las industrias de guerra, aunque su orden tuvo sólo un impacto limitado sobre las prácticas de contratación. En 1948 el Presidente Truman puso fin a la segregación racial en las fuerzas armadas y en todas las dependencias federales. El fallo Brown vs. la Junta de Educación de Topeka, Kansas, en 1954, permitió a la Corte Suprema determinar unánimente que la segregación en las escuelas públicas era inconstitucional; no obstante, los estados del sur siguieron oponiéndose a la integración durante varios años después del fallo. En 1955 el Reverendo Martin Luther King, Jr., encabezó un boicot contra la segregación en el trasporte público el cual finalmente acabó con la segregación en los buses urbanos de Montgomery, Alabama. En 1957 el gobernador de Arkansas trató de impedir que estudiantes negros se inscribieran en una escuela secundaria para blancos, en Little Rock, capital del estado. Para hacer cumplir la ley que exigía integración, el Presidente Dwight D. Eisenhower envió al lugar tropas federales.
Ese mismo año los estadounidenses se sintieron sacudidos por la noticia de que la Unión Soviética había lanzado el Sputnik, el primer satélite artificial de la Tierra. Esto fue un golpe para Estados Unidos, nación que siempre se había enorgullecido de su tecnología. En respuesta, el gobierno federal estadounidense incrementó los esfuerzos que ya se hacían para producir un satélite, e invirtió más dinero en educación, especialmente en las ciencias.