Historia del Partido Comunista Paraguayo (1928-1990)/Era Moriniguista/Chavismo
LA CAÍDA DE MORINIGO Y DEL GUIÓN ROJO
[editar]En el Manifiesto aprobado por el II Congreso Nacional del partido, de fecha 10 de agosto de 1949, se expresaba con respecto al reciente desplazamiento de Morínigo: «Por medio de una resistencia tenaz y combativa, el pueblo paraguayo, con la participación de los obreros, campesinos y jóvenes adheridos al partido gubernamental, y con el apoyo de la oficialidad joven del ejército, impulsó el derrocamiento sucesivo de Morínigo y sus herederos, González y Rolón, instrumentos colocados en el Palacio de Gobierno por la embajada norteamericana para perseguir a nuestro pueblo y asegurar su explotación por unas cuantas empresas extranjeras».
Si bien, Morínigo y el Guión Rojo ya no estaban, el partido denunciaba que el Gobierno de Chávez seguía la misma política al no permitir el regreso de los exiliados, mediante la aprobación de una ley de amnistía general y no adoptar medidas eficaces para la solución siquiera paliativa de los agudos problemas sociales: carestía de la vida, escasez y bajos salarios. Asimismo, continuaba la represión del movimiento obrero independiente y la persecución político-ideológica.
Al mismo tiempo, el partido alertaba contra la activa conspiración del Guión Rojo y llamaba a la formación de un «Frente Patriótico del pueblo paraguayo por la libertad y la independencia nacional, contra la prolongación del régimen dictatorial y contra la intromisión de Norteamérica en la política interna de nuestro país».
El comentado documento partidario, tras ofrecer al pueblo un programa realizable a corto plazo, expresaba: «A través de la lucha por la realización de este programa mínimo de normalización y pacificación nacionales, de reactivación económica y de mejoramiento social, la clase obrera y el pueblo deberán desarrollar la lucha por la liquidación total y definitiva del régimen dictatorial, lo cual supone y exige la liquidación de sus raíces o bases económicas y sociales. Estas raíces son el dominio y el control del imperialismo extranjero sobre la vida económica y política de nuestro país y el acaparamiento de las mejores tierras del Paraguay por una oligarquía de grandes propietarios improductivos y retardatarios, enemigos de la democracia y del pueblo. Para sacar al Paraguay de su estado crónico de atraso, pobreza y dependencia internacional, el pueblo deberá luchar por una reforma agraria que ponga las fértiles tierras paraguayas al alcance de los que las quieren hacer producir por medio de su trabajo».
Como se ve, este análisis y la salida que da el Manifiesto del partido, de agosto de 1949, es plenamente válido hasta hoy, y aún tal vez mucho más, dado que la lucha campesina por la tierra y la reforma agraria integral se ha agudizado y está movilizando a grandes masas.
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