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Historia del Partido Comunista Paraguayo (1928-1990)/Era Stronista/Ley Anticomunista

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LA LEY LIBERTICIDA N.° 294 DE «DEFENSA DE LA DEMOCRACIA»

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El embajador de Stroessner en Washington, Guillermo Enciso Velloso -que ya lo era de Federico Chávez-, era portador de .un proyecto de ley anticomunista, a propósito del cual decía el mismo documento del partido: «No se trata de una ley contra el Partido Comunista solamente, se trata de una ley contra todas aquellas fuerzas que, al luchar por la democracia, por la independencia nacional, por la paz y el pan del pueblo, luchan y lucharán al lado de los comunistas, necesariamente».

Afirmar, formular una reflexión semejante en 1955 sobre el verdadero alcance de la ley de marras, parecía temerario. La «artillería» enemiga en apariencia apuntaba solamente sobre los comunistas. La «guerra fría» estaba en pleno auge; la «doctrina de la seguridad nacional», implementada por el Pentágono, invadía liceos y academias militares en los países latinoamericanos y en el Paraguay, a través del centro de instrucción de la zona del Caribe. El Gobierno de los Estados Unidos, embarcado en la preparación de una guerra nuclear contra la Unión Soviética y la República Popular China, criaba y trataba de fortalecer a regímenes títeres con fachadas «democráticas». Así fue como el «Parlamento» stronista, compuesto de tránfugas del coloradismo y de elementos antiguamente ligados al moriniguismo y al «tiempismo», aprobaron a «tambor batiente» la famosa ley N.° 294 con el rumboso título de «Ley de Defensa de la Democracia».

Pronto quedó desvelada la intención fraudulenta de la dictadura, cuando la ley liberticida, como el pueblo la bautizó, comenzó a cumplir su oculta misión represora de cualquier opinión disidente. Peor aún, el prostituido régimen stronista era incapaz de sostener siquiera la supuesta legalidad que había creado para engañar, pues las resoluciones judiciales dictadas por los escasos jueces dignos disponiendo la libertad de algún encausado, simplemente eran arrojadas al canasto de basuras.

Recién entonces aparecía con toda luminosidad la certeza de la denuncia y de la advertencia que el Partido Comunista Paraguayo había formulado contra la mentirosa ley anti-democrática.

Las primeras victimas de la ley «MacCarthista» N.° 294 (de McCarthy, rabioso legislador yanqui, famoso por la caza de reales o supuestos comunistas norteamericanos, bajo una ley especial aprobada a su iniciativa. El célebre actor inglés anti-fascista Charles Chaplin se vio obligado a emigrar para no caer bajo los efectos de esa ley espúrea), las primeras víctimas -repetimos- fueron los dirigentes del Partido Comunista Paraguayo, Antonio Maidana, Alfredo Alcorta, Julio Rojas y Ananías Maidana, apresados los tres primeros en 1958 y el último en 1959.

Sometidos a juicio, años después de la privación de la libertad el digno juez Dr. Tomás Benítez Acosta dispuso la libertad de los procesados por compurgamiento de la pena que pudiere haberles correspondido caso de ser condenados y ordenó a la policía se diligencie la libertad de los mismos. Demás está decir -pero hay que decirlo- que la disposición judicial fue desacatada. Aún más, poco después, el juez de la causa era removido de su cargo. Repetimos: el stronismo, como cualquier régimen reaccionario y caduco, era incapaz de cumplir siquiera SU propia ley,

Hay que rendir homenaje a la meritoria y valiente labor de los abogados que asumieron la defensa de los dirigentes comunistas en las condiciones difíciles como riesgosa de la sañuda persecución política del stronismo: Dr. Fernando Carrasco, abogado defensor de Antonio Maidana; Dr. Arturo Acosta Mena, defensor de Julio Rojas, y Dr. Francisco Villate, defensor de Alfredo Alcorta. Ninguno de ellos oportunista.


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