Historia digital del Arte/Arte egipcio
El arte de los egipcios tenía, como el arte paleolítico, un propósito mágico y religioso. La de los egipcios era una cultura que se preocupaba de manera especial por la muerte, y por esa "otra vida" que llevarían las almas de los fallecidos tras abandonar sus cuerpos. Es por ello que construyeron para sus faraones, a quienes consideraban como seres divinos, las famosas pirámides que hoy reconocemos como "insignias" de aquel Egipto de poderosos reyes y conquistadores. Pero esos grandes monumentos de piedra no eran más que tumbas, cuyo propósito era proteger el cuerpo del Faraón y darle cobijo a su alma para que tuviera una cómoda eternidad.
La mayor parte del arte de los egipcios se destinó, entonces, al interior de esas pirámides, para disfrute del alma del Faraón muerto y perpetuación de su imagen. Tal como los hombres de las cuevas europeas, los artistas egipcios tenían la misión de representar al Faraón con tanta exactitud y fidelidad que éste viviría para siempre. El historiador austríaco Ernest Gombrich cuenta que no es casualidad que la palabra egipcia que denota al "escultor" significa literalmente "el-que-mantiene-vivo".
Los egipcios pintaban y esculpían alrededor de la tumba del Dios-Faraón todos los objetos y personas que el alma de Faraón necesitaría para su "otra vida": pensaban también que la imagen de sus familiares y servidumbre acompañarían al muerto por los siglos de siglos. Todas estas escenas y retratos quedarían ocultas en el interior de la pirámide para siempre.
El arte egipcio parece, a la luz del arte posterior, extraño y poco realista. Aparece ante nuestros ojos como carente de perspectiva, pero esto no se debe a que los egipcios no supieran esculpir y pintar de otra forma, sino a una serie de reglas estrictas que las creencias religiosas imponían sobre ellos. Los artistas del antiguo Egipto supieron pintar la naturaleza con tanta fidelidad y exactitud que es posible para los científicos reconocer a qué especie pertenece cada uno de los peces, flores, árboles y pájaros que pintaron.
Esas reglas tenían como finalidad representar todos los objetos en sus aspectos más característicos, tal como el artista "sabía" que eran. Por ello, pintaban la cabeza de perfil, que es la forma en que podían apreciar mejor el rostro, aunque los ojos los pintaban de frente. El torso también se representaba visto frontalmente, de forma tal que ambos brazos se vieran completos: una vista en perspectiva habría ocultado parte de los mismos, y el muerto necesitaría ambos brazos para la eternidad.
Las piernas y los pies se representaban lateralmente, en posición de dar un paso hacia adelante; ambos pies se mostraban con el dedo gordo hacia afuera, como si la figura tuviera dos pies derechos o dos pies izquierdos. Esto era mucho más fácil de comprender que la representación de los dedos más pequeños, solapando a los más grandes.
Este método lo aplicaron no sólo a las figuras humanas: también a las escenas de la naturaleza, como se puede apreciar en una obra conocida como "El jardín de Nebamun" que se halló en una tumba en la ciudad egipcia de Tebas. Esta pintura, que representa un estanque lleno de peces y rodeado de árboles, también se realiza buscando el aspecto más reconocible de cada objeto: el estanque se ve desde arriba, y los peces y patos que nadan en él, de perfil. Los árboles que rodean el estanque son representados frontalmente, y abatidos sobre el plano del estanque.