Matemáticas/Geometría/Coordenadas/Funciones inversas
3. Funciones inversas y curvas de función
, , .
En la primera de estas expresiones aparece como función de , es decir que el valor de depende del de . Por eso se llama a la variable dependiente y a la variable independiente. Si expresamos ahora en función de , como en la segunda de las expresiones, resultará como variable dependiente e como independiente. Las coordenadas de las curvas correspondientes a estas funciones inversas, como las mismas curvas no habrán variado, sólo habrá habido un cambio en los ejes de coordenadas que el habrá pasado a ser el y recíprocamente. Si se desea volver los ejes a su posición primitiva habrá que expresar la función en la tercera forma indicada, es decir efectuando el cambio de a . Las coordenadas se han cambiado y, por consiguiente, las curvas de función serán simétricas con respecto a un eje que es la bisectriz del ángulo formado por los dos ejes de coordenadas Fig.3. Las expresiones segunda y tercera se llaman inversas de la primera, si bien la legítima función inversa es la tercera.
Dando a la base del sistema de logaritmos los valores y se obtienen por las coordenadas calculadas dos curvas exponenciales Fig,3, así como sus inversas que son dos curvas logarítmicas.
La función de primer grado
, da para y
la recta representada en la Fig.4 y su inversa. Se puede ver, en este caso, que las curvas de función son líneas rectas que para cualquier valor de , permaneciendo constante el de , pasan por el mismo punto del eje , así como las inversas pasan por el punto simétrico del eje .
Si una función no varía cuando se cambian las variables e se dice que es autoinversa. Tal sucede, por ejemplo, en el caso presente si es . Entonces la recta Fig.4 es autoinversa, pues es simétrica con relación al eje de simetría del sistema de coordenadas.
De las expresiones
son la segunda y la tercera funciones inversas de la primera. Estas y la segunda dan la misma curva sinusoide Fig.5 y la tercera una curva simétrica (arcosinusoide). Pueden, igualmente, por inversión alrededor del eje de simetría, deducirse de las restantes líneas trigonométricas las curvas de arco o funciones ciclométricas.
La inversión de las curvas se basa naturalmente en la reciprocidad, pero no siempre resultan curvas de distinto nombre. Así por ejemplo, las dos curvas de la figura 6 son inversas una de la otra, aunque las dos son la misma parábola, una con su eje en el de las ordenadas y la otra en el de las abscisas. Lo mismo sucede con las dos curvas de la figura 7; ambas son dos parábolas cúbicas inversas.