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Wikichicos/Cuentos tradicionales/Caperucita Roja

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Caperucita Roja era una niña que llevaba una capa roja con una capucha y por eso todos los que la conocían la llamaban así.

Caperucita tenía una capa roja con una capucha

Vivía con su madre en una casa cerca de un bosque.

Caperucita tenía una abuela que vivía en una casita al otro lado del bosque, por lo que para ir a verla tenía que cruzar todo el bosque. En el bosque vivían animales que no eran peligrosos: como los ciervos, los conejos y muchas especies de pájaros, pero también vivía en ese bosque un animal que sí podía ser peligroso, sobre todo para los niños: era un lobo que cuando tenía mucha hambre atacaba a las personas.

Su mamá la envió a casa de su abuela a través del bosque

Un día su mamá le pidió que fuera a llevarle a su abuela una canasta con alimentos y le advirtió de que por el camino no hablara con nadie desconocido.

La niña salió de la cabaña y fue caminado por el bosque mientras juntaba flores para su abuelita y al llegar a un cruce de caminos se encontró con el lobo que le preguntó que a dónde iba. Ella le respondió que iba a la casa de su abuela a llevarle una cesta con alimentos.

El lobo le dijo que tomara el camino que era el más corto de los dos, pues así llegaría antes, pero la estaba mintiendo y en realidad la mandó por el camino más largo.

Se encontró con el lobo en el bosque

Caperucita Roja tomó el camino más largo y el lobo el más corto. El lobo llegó primero y encerró a la abuelita en el armario, se puso su ropa y se metió en la cama, tapándose todo el cuerpo con la manta y dejando fuera solo la cabeza, disfrazada con el gorro de dormir de la abuela.

Caperucita llegó, saludó a su abuela y le dijo asombrada : ¡qué ojos tan grandes tienes, abuelita!

- El lobo le contestó: son para verte mejor, hijita.

- Luego le dijo: ¡qué orejas tan grandes tienes!

- Son para oirte mejor, niñita mía. Contestó el lobo

- Después le dijo: abuelita, ¡qué brazos tan largos tienes!

Abuelita, ¡qué ojos tan grandes tienes!

- Son para abrazarte mejor, querida mía.

- Abuelita, ¡qué dientes tan largos tienes!

- ¡Son para comerte mejor! Exclamó el lobo.

Y diciendo esto se abalanzó hacia Caperucita para tragársela de un bocado. Caperucita salió corriendo y justo pasaba por allí un cazador y la niña comenzó a gritar pidiendo socorro. Entonces el cazador se acercó y el lobo, que lo vio, huyó corriendo.

El salvador se llevó a la abuela y a su nieta, comieron los alimentos que llevaba en la cesta y fueron felices.