Yelmos/Partes de un yelmo

Un yelmo es un elemento complicado y por ello consta de diferentes partes o piezas. Normalmente estas se fabricaban con hierro, acero e incluso bronce. Algunos yelmos se decoraban con filigranas de oro colorido, plata o piedras preciosas. A continuación te resumimos algunas de las principales partes de un yelmo:

Cimera: La cimera servía para decorar el yelmo, por lo tanto no protegía la cabeza, y estaba situada en la parte más alta del mismo. Fíjate en la cimera de Ulrich von Liechtenstein en esta sección.
Visor o celada: La celada era la pieza de la armadura que servía para cubrir y resguardar la cabeza. En algunos yelmos se alzaba o bajaba sostenida por dos ejes a los lados de la misma, en la que había orificios para ver, y con la que el guerrero se protegía.
Barbote o barbera: Es la parte que se encargaba de proteger la barbilla, boca y mandíbulas.
Collar: Es el adorno situado en la parte inferior que rodea toda la circunferencia del yelmo. Normalmente está compuesto de filigranas.

Cimera

La cimera era un adorno que decoraba la parte superior de los yelmos que solían portar los de los caballeros. Se cree que cimera puede venir de cima, aunque la más aceptada deriva del penacho de las aves. Esta parte no obstaculizaba al participante en torneos, pero hacía el yelmo más pesado y tan solo servía como elemento decorativo.

Los heraldos no solo reconocían a los participantes en torneos por sus escudos (que colocaban en lo alto de las tarimas) sino que también por sus cimeras. En muchas ocasiones se representaba la figura del blasón del propietario. Algunos casos son curiosos y muy poco conocidos como la cimera de Ser Aeschach, que mostraba un pez de oro o la del caballero de la mesa redonda Ser Parcival, donde se podía vislumbrar el torso y cabeza de una mujer. Otros son más conocidos, como el león que lucían los caballeros inglés o la fleur de lis en el caso de los franceses.

Gracias a muchos códices y manuscritos provenientes de monasterios de la Edad Media se conocen las diferentes cimeras de las casas, clanes e instituciones. Algunas, incluso se muestran en escudos de pueblos y ciudades. Algunos ejemplos son el Escudo de València o el Escudo de Inglaterra.

Visor

El visor, visera o celada era la pieza de la armadura, muy exagerada en el bacinete, que se levantaba y bajaba del yelmo. La visera generalmente consistía en una pieza con bisagras de acero que contenía aberturas para poder respirar y mejorar la vista del caballero. Los visores protegían la cara y la frente durante la batalla y los torneos (aunque estaba prohibo atacar a al cabeza). La mayoría de los soldados que llevaban celadas formaban parte de la caballería o se movían a caballo durante la guerra.

Un dato muy curioso sobre su etimología inglesa se encuentra en Hamlet de Shakespeare. En principio la palabra visor es traducido al inglés como visor, exactamente igual, pero en la edición original de Hamlet se encuentra la palabra beaver (castor en español). Concretamente cuando Hamlet dice: "¿Entonces no le visteis la cara?" a lo que Horacio responde: "Oh sí, mi señor. Llevaba el castor (beaver) subido. [es decir, el visor subido]".

Barbote

El barbote era la pieza que se unía al yelmo que protegía la parte inferior de la cara, es decir, la boca, la barbilla y las mandíbulas. Se puede decir que es la parte con más nombres de un yelmo. Aquí te citamos diez: barbote, babera, baberol, barberol, barbera, babador, barbique, baberón, barbete y guardapapo.

Se empezó a usar a mitad del siglo XIV para sostener el bacinete que se torcía a uno u otro lado por un movimiento brusco o un golpe, por no tener apoyo sobre los hombros. El barbote solía unirse en la parte más baja a una o varias láminas de hierro. Más tarde se le unieron correas para sujetarlo a la armadura. La visera chocaba contra la barbera, con lo cual le servía de apoyo.

En un principio el barbote fue la parte más pesada del yelmo después del casco en sí. En el siglo XVI se le redujo el peso y el tamaño, lo que supuso un gran alivio para los caballeros que tenían que cargar con ellos. También se le añadió una línea hueco de la parte superior (como muestra la imagen) que no obstaculizaba, pero si reducía el peso y permitía la respiración del propietario.

Collar

El collar es la parte menos conocida del yelmo, de la que apenas se tienen fuentes. Se llama así al adorno de la parte inferior decorado con metales y filigranas doradas o plateadas. Esta era la pieza que permitía encajar el yelmo en la armadura y estaba combinada con el barbote.

En la imagen podemos ver un sallet, que era un yelmo con un protector en la parte dorsal y con una obertura larga y estrecha para los ojos. En esta fotografía se pueden apreciar todas las partes citadas en esta unidad: la cimera, el visor, el barbote y el collar. Este último está muy remarcado. En el yelmo de acero se rematan filigranas doradas de un ancho determinado, con remaches de metal. El apartado de barbote también cuenta con una imagen de un collar muy visible.

En la mayoría de yelmos de la Alta Edad Media no se usó esta pieza, ya que no se adherían a la armadura. Se comenzaron a usar cerca del S. XIV, durante la Guerra de los Cien Años. Se tiene constancia de ellos hasta mediados de la Edad Moderna.

Juego 1

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Juego 2

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Para saber más

Guía del buen caballero. Montena, 2007. ISBN 9788484413813. Libro infantil, pero que ofrece gran información acerca de los yelmos
Italian Medieval Armies 1000-1300. David Nicolle y Angus McBride. Osprey, 2002. ISBN 9781841763224. Sobre todo su apartado cobre las placas, informa sobre la armadura medieval y sus artes.